El sabor de Puebla envuelto

Puebla, estado cuna de sabores y tradiciones, es un paraíso para los amantes de la gastronomía mexicana. Y dentro de su vasto repertorio culinario, hay un platillo que resuena con historia, hogar y fiesta: el tamal. Más que un simple antojito, el tamal poblano es un compendio de la identidad de la región, un lienzo de maíz que se rellena con la diversidad de sus ingredientes y la maestría de sus manos.

Olvídate de pensar que solo existe un tipo de tamal. En Puebla, este platillo cobra vida en múltiples formas, colores y sabores.

Acompáñanos en este delicioso recorrido por algunos de los tamales más emblemáticos que puedes encontrar en nuestra hermosa ciudad y sus alrededores.

1. El Rey: Tamal de Mole Poblano

No podíamos empezar de otra manera. El tamal de mole poblano es, sin duda, la joya de la corona y una representación perfecta de la complejidad y riqueza de la cocina de Puebla. Envuelto en hoja de plátano (aunque también se encuentra en hoja de maíz), su masa de maíz se amalgama con un mole poblano auténtico: oscuro, profundo, con notas de chocolate, chiles secos, especias y un toque de dulzura. Suelen llevar un trozo de pollo o guajolote deshebrado. Es un bocado contundente, lleno de historia y sabor, ideal para celebraciones y días especiales.

2. La Versatilidad Salada: Tamales de Rajas con Queso

Un clásico que nunca falla. El tamal de rajas con queso es la elección perfecta para quienes buscan un sabor más suave pero igualmente delicioso. Elaborados con masa de maíz y envueltos en hoja de maíz, estos tamales se rellenan con tiras de chile poblano (generalmente asado y pelado), que aportan un ligero picor y un sabor inconfundible, combinadas con cubos o tiras de queso fresco o panela que se derriten al vapor. Son cremosos, reconfortantes y un favorito en cualquier momento del día.

3. Dulzura Tradicional: Tamales Dulces (Rosa o Piña)

Para los amantes del dulce, los tamales poblanos también tienen su versión golosa. Los más comunes son los tamales dulces de color rosa, a menudo con pasas, que tienen un ligero toque de anís y un dulzor equilibrado. Otra variante popular es el tamal de piña, con trozos de esta fruta que le dan una acidez refrescante y un aroma tropical. Son perfectos para el desayuno, la merienda o como postre ligero.